A EDUARDO PATIÑO LEAL

Vean lo que se le envía al representante del Papa

Lo siguiente deseo sea publicado en Voz y Vida, Periódico de la Diócesis de Córdoba, además de que sea del conocimiento de la Nunciatura Apostólica para que tome cartas en el asunto.


A: Eduardo Porfirio Patiño Leal

Desearía dirigirme a usted con el título de Muy Ilustre Señor, por respeto al nombramiento que Dios le ha otorgado, sin embargo, dista de tenerlo lo arrogante y limitada que es su persona.
Mi escrito obedece a que como fiel de la Diócesis de Córdoba tengo el derecho legítimo de solicitar servicios y cuentas claras en el camino de NUESTRA Iglesia, así como el de cumplir con las obligaciones que esto conlleva. Deseo aclararle que NO es su Diócesis como usted dice que es, parece que olvida que la Iglesia somos TODOS: quienes la gobiernan y quienes participamos y creemos en un Dios humilde y afable, que es representado por humanos, que en este caso particular, no tiene nada que ver con este principio fundamental desde la creación de la Santa Madre Iglesia.
Me sorprende ver como una persona tan arbitraria como usted gobierne nuestra Iglesia, me pregunto: ¿en qué se basan las altas esferas eclesiásticas para definir quien puede ser una autoridad, en este caso Obispo?¿qué fundamentos son los que rigen esta decisión? Parece ser que quien propone a los futuros encargados de un pueblo no tiene idea de la calidad humana, intelectual y moral que el candidato tiene.
Su ser impertinente y poca prudencia lo hace ver como un dictador. Estuve presente en la parroquia de Naranjal dónde usted toma su báculo y dice al pueblo textualmente:”ven esto? ¿Saben lo qué es esto? Esto quiere decir que Yo Soy su Pastor”. Con esto ¿desea que como pueblo debemos rendirnos a sus pies?, está usted equivocado. Nosotros y yo principalmente como creyente católico sólo puedo rendirme a los pies de nuestro Señor Jesucristo y jamás lo haría ante un dictador.
Cuando oro por usted se me viene su imagen a la mente y sólo encuentro defectos, ninguna virtud, un Obispo retrógrada, calumniador, amenazante, autoritario, grosero, majadero, barbaján, el todo poderoso, al que se debe de respetar por su investidura, esos años de la Iglesia se terminaron, somos seres humanos, no somos animales que deben seguir a un pastor que ni el saludo otorga.
Nos ha maltratado como comunidad, su imagen mancha nuestra Diócesis, vemos con tristeza como lo atacan a través de los medios de comunicación por su forma de ser, tan déspota y tan poco profesional. Usted no representa lo que Cristo nos dejó, no tiene humildad y por si fuera poco maltrata a sus sacerdotes y religiosas, de los laicos ya ni hablamos. ¿Qué podemos esperar de usted?
Le SOLICITO firmemente como fiel SU RENUNCIA, muchas personas de todas las clases sociales lo queremos fuera de nuestra Diócesis, de nuestras vidas. Usted es de los personajes que dañan nuestras creencias y ante ello no hay sanación espiritual más que la de Dios y la de su ausencia.
No importa que investigue, si desea otorgarme la excomunión por decir la verdad, adelante, a Cristo lo crucificaron. Mi creencia y mi amor por Dios no decaerá sólo porque usted me prohíba los sacramentos o mi entrada a la Iglesia, mi comunicación y amor por Dios son más profundos que una mitra. Usted debería de ser el primero en excomulgarse por sus actitudes y sus actos que deben de deprimir su conciencia. Se acabo la inquisición y si un gobierno de éste mi país ha permitido la libertad de expresión, no entiendo porque usted no lo haría. Le aclaro que si desea excomulgarme lo haga en público, utilice los medios de comunicación también para que la población me juzgue y me castigue por decir la verdad. Para que ese estigma lo lleve hasta el final de mis días por defender lo que creo y por decir lo que muchos callan, incluyendo, a los sacerdotes, religiosas y laicos en general. No me ponga plazos para arrepentirme, como bien dice la Santa Escritura: “lo escrito, escrito está”
Deseo que esto cambie y para que eso suceda le pido deje de hacerle daño a mi credo y váyase de nuestra ciudad, entienda, NO LO QUEREMOS NI LO SOPORTAREMOS MÁS.
Si desea contactarme hágalo por este medio, estaré esperándolo, no quiero diálogos, ni promesas, ni represalias, por ello si recibo amenazas o investigaciones intimidatorios lo hago responsable a usted y a las personas, no curas, sino a esas personas que usted y yo conocemos, que han sido acusadas de fraude en nuestra ciudad de lo que me suceda. Reitero si esto amerita una excomunión yo no pediré disculpas en ningún medio de comunicación porque es en lo que creo y usted debe de respetarlo.

Solo le pido al periódico que nuestra Diócesis publica, sea tan amable de incluir esta carta con el derecho QUE TENEMOS LO FIELES de decir lo que pensamos de nuestra Iglesia y recurro a la apertura de los nuevos tiempos de nuestra Madre Iglesia.


Atentamente

Juan José Estrada Carillo
Fiel de la Diócesis de Córdoba


CC Nunciatura Apostólica
CC Voz y Vida